La concentración de la tierra y el avance de las agroindustrias

 

Durante la discusión sobre Desarrollo Rural cumplida en el INIA Tacuarembó, se informó que el 33% de la superficie agropecuaria del país está en manos de sociedades anónimas, “existe un proceso muy importante de concentración de la tierra”, dijo el Sociólogo Diego Piñeiro de la Facultad de Ciencias Sociales a Semanario Centro, lo que provoca a su vez “ una concentración de poder y peso político”. 

Durante su exposición Peñeiro recordó que este proceso comenzó en la decada del 90 cuando se impulsó la forestación, en aquel entonces la supeficie forestada era de 70.529 hetáreas, hoy llega al millón de hetáreas, “de las cuales el 75% esta en manos de 8 empresas, y hay dos empresas que concentran el 45% de ese millón de hectáreaas”. Pero no sólo en la forestación se concentra  tierras, “también en la lechería y el complejo sojero se está dando ese efecto”.

 

Se vendieron 5 millones de hectáreas

Aunque recién cuando se tengan los datos del Censo Agropecuario se sabrá concretamente cuanta tierra está en manos de sociedades anónimas,  se estima de acuerdo a los registros de compra venta  que en los últimos 7 años, se realizaron 22.336 operaciones de venta de tierra transandose 5.765.955 hetáreas, lo cual  representa un 32% de la superficie agropecuaria del país. La demanda de tierra provocó su valoración, en el 2000 la hectárea tenía un valor de 448 dolares llegando a cotizarse en el 2008 a 1.844 dólares.  La mayor proporción de propiedades vendidas,  pertenecían a productores familiares de menos de 200 has., aunque la mayor cantidad de tierra la vendieron los tradicionales empresarios agropecuario de 1000 a 5000 hectáreas de campo.

 

Avance de la agroindustria

Con la concentración de la tierra comienza a predominar el modelo de los agronegocios o agricultura industrial “denominada así porque se parece cada vez a la producción industrial, estandariza los procesos productivos y desarrolla tecnologia que desplaza mano de obra, además predomina por el avance de las empresas trasnacionales, donde una sola empresa realiza toda la cadena,  produce, procesa y distribuye  los productos alimenticios”, dijo el Ing. Agro.  Ingnacio Narbondo  de Extensión Universitaria, quien  agregó que “un ejemplo es la existecia de  5 empresas de origen argentino y  1 brasileña que controlan 400 mil hectáreas entre agricultura y ganadería”.   La llegada de este tipo de empresas  desplaza productores familiares que venden sus tierras y se van a la ciudad convertiendose en rentistas,  en algunos casos compran tierras más pobres en otros lugares del país y  también se produce el fenomeno que se convierten en asalariados de las grandes empresas agropecuarias.

 Las grandes inversiones no significan el aumento del trabajo en el campo “un claro ejemplo se da en el rubro de la soja, donde sólo se emplean de 2 a 3 personas cada mil has. mientras que la agricultura familiar y la lecheria emplea a 20, justamente estos dos últimos sectores son los más afectados por el avance de la agricultura industrial“.  El agro tiene un crecimiento muy fuerte, “ pero lejos de traducirse en más empleo y bienestar para la gente, sólo beneficia a unos pocos que concentran la tierra, la producción y la riqueza”, concluyó Narbondo

 

Hay que legislar

Para Piñeiro se debería poner un tope a la cantidad de tierras que las empresas extranjeras puedan poseer en el país, en muchos paises existe una legislación al respecto pero en nuestro país nunca se ha legislado “aunque no creo que ocurra, una empresa podría ser la propietaria de toda la tierra del Uruguay, porque no hay ninguna ley que se lo impida”. En cuanto al impuesto a la concentración de tierra que promueve el gobierno, Piñeiro sostuvo que está de acuerdo “pero su impacto sobre la concentración de la tierra será menor, porque cuando el valor de la tierra esta en 3 mil dolares la has. un impuesto anual entre 8 y 16 dolares la has. no creo que tenga mucho efecto disuasivo para quienes concentran tierras”.