Salud bucal: Gingivitis


Gingivitis - una inflamación de las encías - es la etapa inicial de la enfermedad de las encías y la más fácil de tratar. La causa directa de la gingivitis es la placa: una película suave, pegajosa y sin color formada por bacterias, que se deposita constantemente sobre los dientes y encías. 
 Si el cepillado y el uso diario del hilo dental no eliminan la placa, la misma produce toxinas (venenos) que irritan el tejido gingival, causando gingivitis. En esta primera etapa de la enfermedad, el daño puede revertirse, ya que el hueso y el tejido conectivo que sostienen los dientes en su lugar todavía no han sido afectados. Sin embargo, si se deja sin tratamiento, la gingivitis puede transformarse en periodontitis y provocar daños permanentes a sus dientes y mandíbula.
 
Síntomas 
Los síntomas clásicos de la gingivitis son las encías rojas, hinchadas y sensibles que pueden sangrar cuando se cepillan. Otro signo de enfermedad en las encías es que las mismas se han retrocedido o retirado de los dientes, confiriéndole a sus dientes una apariencia alargada. La enfermedad de las encías puede provocar la formación de bolsas entre dientes y encías donde se junta la placa bacteriana y restos de comidas. Algunas personas pueden experimentar mal aliento o mal gusto recurrentes aún cuando la enfermedad no esté avanzada.
Prevención 
La correcta higiene bucal es fundamental. Las limpiezas profesionales también son extremadamente importantes pues una vez que la placa se endurece y acumula, o se transforma en sarro, sólo un dentista o higienista podrá eliminarla.
 
Para evitar la enfermedad se debe: Cepillar  correctamente  y usar apropiadamente el hilo dental para eliminar la placa, los restos de alimentos y controlar la acumulación de sarro
Alimentación correcta para asegurar la adecuada nutrición de su mandíbula y dientes
Evitar cigarrillos y otras formas de tabaco, lavarse los dientes con frecuencia.
Programar controles regulares con su dentista

Piorrea
  Es la enfermedad más corriente de nuestra boca. Los adultos pierden más muelas por piorrea que por caries.    Consiste en la pérdida progresiva del hueso de la encía. Los dientes van quedando descarnados hasta que finalmente se mueven y se caen. Este proceso es lento, comienza a los 15 años, se empieza a notar a los cuarenta. Hay formas más rápidas, pero generalmente sus efectos dramáticos se producen a edades relativamente avanzadas. Sin embargo es una enfermedad, no una degeneración senil. Podemos aspirar a morirnos con los dientes puestos.b   La causa de esta enfermedad es la reacción de la encía contra ciertos microbios de la placa. Esta reacción es complicada y hereditaria. No todas las encías responden así contra gérmenes de la placa. Es una enfermedad familiar pero no contagiosa.
   Podemos curar la piorrea. Esta curación consiste en la detención del proceso. Desgraciadamente no podemos recuperar el hueso perdido. Por esto es importante el diagnóstico temprano.

   La curación de la piorrea consiste en la eliminación de los microbios de la placa o sarro que se hayan adherido a la superficie de la raíz. Son los que están reaccionando con la encía y provocando su destrucción. Cuanto más avanzada esté la enfermedad, más difícil será la curación. A medida que desaparece la encía, el sarro se encuentra en lugares más difíciles.
 
Lo tendremos que ir a buscar en profundidad, debajo de la carne de la encía o entre las raíces, si éstas han ido quedando al descubierto. Por eso en una piorrea inicial basta una simple limpieza de boca, mientras que en un caso avanzado tenemos que operar, levantando la encía para alcanzar el fondo de las lesiones.
   
Una vez parada la piorrea, hay que mantenerla así. Si dejamos que se vuelva a acumular el sarro, el proceso se repite. El paciente debe acudir con mucha frecuencia al dentista para asegurar el éxito del tratamiento. Además, tienen que volverse un maniático de la limpieza, que en su caso será más difícil debido a las irregularidades que han aparecido al perder parte de su encía. De nuevo vemos la importancia que tiene el tratamiento temprano, ello hace mucho más fácil la recuperación de la encía.
   Sin embargo, hoy se trata con éxito esa enfermedad. Podemos mantener durante muchos años los dientes, incluso los descarnados.