Carta Pública de la Mesa de Desarrollo Rural de Tacuarembó por la sequía
Nosotros, pequeños y medianos productores integrantes de las Mesas de Desarrollo Rural del departamento; productoras, productores familiares, colonos, asalariados y Organizaciones rurales de todos los rubros productivos (ganadería, horticultura, lechería, apicultura, granja, etc.); profundamente preocupados por la difícil situación que atraviesa el campo, ante la actual “emergencia agropecuaria”: compleja en lo productivo, asfixiante en lo económico, incierta y preocupante en lo social, nos dirigimos a ustedes, la Institucionalidad Pública y Privada de Tacuarembó, para hacerles un llamado urgente y una invitación a la reflexión, en reconocimiento de su funciones, sobre el papel que están llamados a desempeñar en este momento crítico.
LES PEDIMOS QUE RECUERDEN
* Que la producción familiar; es la principal perjudicada ante una situación de “emergencia agropecuaria” como la que estamos atravesando y que venimos “paleando” este entorno desfavorable desde hace varios años, a costa del rendimiento productivo y económico de nuestros sistemas.
* Que la producción agropecuaria familiar es de vital importancia para la economía nacional y el mercado alimentario interno, así como para la estructura social del país.
* Que el 30% del valor bruto de la producción agropecuaria es familiar; y entre el 70% y 80% de las unidades de la producción a nivel país son de tipo familiar, siendo la mayoría de esas unidades productivas de tipo ganadero.
* Que la producción familiar representa un 70% - 80% en la producción de alimentos básicos. No debemos olvidar que la canasta básica de los uruguayos se produce a partir de la producción familiar; lo que nos convierte en un actor clave para las economías locales, circuitos cortos de producción, acceso a trabajo digno, alimentación saludable, seguridad alimentaria, comercio justo, abastecimiento de comercios locales, cadenas de valor, etc. * Que el productor familiar es clave en el sector agropecuario. Es el componente social que genera arraigo en el medio rural. Cualquier empresa, según la situación económica o la fluctuación del mercado cambia de lugar o de tipo de producción, pero la familia rural permanece en el campo y continúa con el tipo de producción que desarrolla.
* Que Uruguay cuenta con variada legislación y reglamentación para la valoración, visibilización y apoyo al trabajo diario de los miles de pequeños y medianos productores rurales, comenzando con la declaración de productor familiar, hasta avanzar actualmente a la proclama de la producción familiar y pesca artesanal: “de interés general”, favoreciendo el acceso a las compras públicas.
LO QUE ESPERAMOS DE USTEDES
* Que los aportes tributarios y pago de servicios básicos se prorroguen con un plazo no menor a 3 meses para ser justos con los tiempos productivos y económicos de las familias rurales. Además de la coordinación Interinstitucional necesaria para el ajuste de los cronogramas de pagos, permitiendo la recuperación de los sistemas productivos; sin intereses asociados; multas ni recargos.
* Que además de los planes de apoyo para la disponibilidad, distribución y reservas de agua para los animales, se incluya apoyo para facilitar el transporte de agua para la producción en las zonas que así lo requieran; ya que hoy en día los productores estamos apelando a la “solidaridad” de vecinos para llevar agua hacia nuestros predios. Reafirmamos que el riego y los seguros deben ser política de Estado, con la inversión pública necesaria para la prevención de situaciones como ésta para dar estabilidad a la economía nacional.
* Que el plan de entrega de alimentación para el ganado, con pago diferencial para la producción familiar, no fue de gran impacto y cambie a partidas individuales acordes al número de animales declarados por los productores; para la toma de decisión individual, evitando los actuales problemas de tiempos de implementación, tiempos productivos, tiempos de la propia emergencia agropecuaria, transporte y variabilidad en la calidad de los fardos que recibieron los productores del sur del departamento. Recordamos que el plan no se extendió a todo el departamento luego de declarada la emergencia nacional a pesar de la demanda local.
* Que la ayuda recibida a través de las Intendencias Locales no hizo justicia a la realidad diversa de la producción familiar del departamento, por lo cual solicitamos el retorno de la implementación de apoyos locales a las oficinas departamentales del MGAP que cuentan con el conocimiento necesario del entramado rural, para asegurar el acceso universal a los mismos y el apoyo de espacios para la difusión de estas herramientas claves, como lo son las Mesas de Desarrollo Rural y las Organizaciones Rurales nucleadas en éstas.
* Que el Instituto Nacional de Colonización se haga cargo de tareas específicas, como la limpieza de tajamares, ya que la mayoría de los colonos no tienen el respaldo económico suficiente a la hora del pago de estas tareas y que estos costos puedan trasladarse paulatinamente a los productores en los posteriores pagos de la renta.
* Que las líneas de proyectos del MGAP vuelvan a implementarse en los territorios manteniendo la modalidad histórica de apoyo a la producción familiar con asistencia técnica e inversión económica diversificada para la iniciación productiva y desarrollo de los sistemas de menor escala y recordamos la propuesta de aprobar los subsidios a aquellos productores que ya habían calificado en su momento dentro de los proyectos “Más agua” para dar uso a ese relevamiento realizado entre la Institución y las Organizaciones Rurales que tanta falta hacen hoy en día.
* Que se diseñe definitivamente un Sistema Nacional de Comercialización de productos cárnicos derivados de la producción familiar entre todos los actores implicados ya que las medidas tomadas, pero sin implementación hasta el momento, para el transporte de canales animales, además de limitar el accionar de los productores no responden a la necesidad de comercialización que es la base principal de los productores familiares para generar recursos económicos que nos permita afrontar situaciones adversas como la que vivimos actualmente.
LO QUE NOS PREOCUPA
* Que de parte del Estado, responsable del agua como bien público y encargado de su distribución equitativa, se continúe sin analizar obras de mayor envergadura como la construcción de represas, diques, canales, etc., con estándares definidos para el uso del agua por parte de los productores, que asegure para el Estado la recuperación de la inversión en el mediano y largo plazo. La planificación de obras de infraestructura implementadas actualmente (embalses, tajamares, perforaciones), deben pensarse de forma multi-predial, para no tener que recurrir en forma cada vez más frecuente a gastos extraordinarios, para subsidiar a los predios afectados por la sequía.
* Que las líneas de créditos blandos, con períodos de gracia, orientados a infraestructura y planes productivos; subsidios de precios y fondos de riesgo sigan sin tener en cuenta a la inserción productiva. Deben estar adaptados a las necesidades de cada producción familiar, ser oportunos y obtenidos en tiempos compatibles con los tiempos de los productores y plazos acordes con las características de los ciclos biológicos de la producción agropecuaria, e incluir el financiamiento para el proceso de post-cosecha, agroindustria y comercialización.
* Que sigamos sin tener herramientas que mitiguen y amortigüen el impacto del cambio climático sobre los agricultores familiares. El riesgo en las actividades agropecuarias, es vital para nosotros, ya que altera el nivel de vida de nuestras familias, amenaza la permanencia en la actividad y en el propio medio, e interrumpe periódicamente nuestros avances y progresos. Debe conformarse un sistema de seguros accesible a la producción familiar y asignar recursos para establecer subsidios diferenciados, destinados a garantías de crédito, seguros y “partidas” por catástrofes.
* Que no podamos trabajar colectivamente para el desarrollo de políticas públicas orientadas hacia la ruralidad y en especial a la producción familiar. No podemos entender la creación de medidas Interinstitucionales sin la participación de la sociedad civil organizada (Mesas de Desarrollo Rural, Sociedad de Fomento Rural, Asociaciones Rurales, etc.) Debemos trabajar de manera transversal, articulada para generar políticas integrales. El accionar de la Institucionalidad nacional debe ser el fiel reflejo de la realidad rural transmitida por sus propios implicados, no de forma inversa.
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Por todo lo expuesto anteriormente, los debajo firmantes les exhortamos a la reflexión y les recordamos que una Institucionalidad vinculada al agro que responde efectiva y eficazmente a las necesidades de cada rubro, en especial a la agricultura familiar marcará la diferencia sustancial entre una ruralidad pujante, en desarrollo… a una ruralidad empobrecida y en deterioro; tanto por la función que desempeñan, como por el papel que juegan en el desarrollo de políticas públicas diferenciadas para la agricultura familiar, requisito indispensable para la construcción de nuestra soberanía alimentaria.
Por la gravedad de la situación planteada, nos encontramos en alerta permanente y en disposición a darle seguimiento y difusión a su evolución, para poder definir y concretar colectivamente medidas a corto y mediano plazo de impacto directo en la ruralidad local y nacional. Desde ya, debemos mencionar que toda actividad económica del país, merece y necesita de un respaldo Institucional acorde a sus necesidades; pero sin dudas la generación de alimentos para la población ocupa el primer lugar de la larga lista que conforma el entramado económico y productivo del país. Los alimentos, no se producen en los comercios y supermercados, son el fruto del trabajo diario de cada persona que labra la tierra y produce animales; por eso, necesitamos gente en el campo, ¡para seguir llevando alimentos a nuestras mesas!