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Preocupación por alto número de suicidios en el inicio del año 2012

 Preocupación en las autoridades policiales del departamento de Tacuarembó por los casos de intento de suicidios y suicidios registrados en el comienzó del año 2012. Hasta el  18 de enero se registraon 4 casos de suicidios y 6 casos de intento de suicidio, según informó Jefatura de Policía.  Los 4 suicidios fueron de personas del sexo masculinos de 31, 35, 40 y 43 años de vida.  El jefe de Policía de Tacuarembó, Oldemar Avero, dijo que se promoverá un trabajo conjunto con instituciones de la salud, sociales y de servicio para que aporten acciones que tiendan a disminuir estas cifras. Si bien las autoridades departamentales realizan en forma constante campañas para prevenir accidentes de tránsito, las cifras indican que en el comienzo del año se perdieron más vidas por suicidios. 


 Tres de la victimas se quitaron la vida mediante ahorcamiento y una por inhalación de gases tóxicos,  también se informó que tres de las personas se quitaron la vida en su casa y una al aire libre. 

En cuanto quienes se intentaron quitar la vida se informó que se tratan de personas de diferentes sexos y edades. Dos del sexo masculino de 29 y 60 años, y 4 del sexo femenino de 18, 21, 48 y 52 años de edad.  Estas personas intentaron quitarse la vida de diferentes formas ahorcamiento,  ahogamiento e ingesta de barbituricos, 4 lo intentaron en sus residencias permanentes y 2 al aire libre.

 

 

Violencia, trastornos mentales y suicidio

Estudios internacionales son convergentes en destacar una fuerte asociación entre suicidio y desórdenes mentales. Principalmente con los trastornos depresivos (64%), alcoholismo (15%), esquizofrenia (3%), ansiedad (3%). Otros factores de riesgo incluyen el consumo de alcohol y otras sustancias adictivas en personas con trastornos bipolares (alternan episodios de exaltación y de depresión), la disponibilidad de medios mortíferos en el hogar (armas, tóxicos, medicaciones letales en sobredosis, etcétera), el aislamiento social, la pérdida reciente de personas o vínculos significativos. La ausencia de consulta especializada o la negativa a realizarla es un importante factor de riesgo; muchos estudios muestran el descenso significativo de la tasa de suicidio en los grupos que reciben tratamiento apropiado.

 

Ayudando a vivir

La consulta especializada es por ahora el principal recurso en la prevención del suicidio. Los conocimientos y los recursos terapéuticos actuales permiten afirmar que la prevención del suicidio tiene, por ahora, como instrumento principal la consulta con el médico especializado en psiquiatría. En nuestro país estos especialistas son entrenados para valorar el riesgo suicida, establecer los diagnósticos clínicos que condicionan el riesgo (en sus niveles neurobiológico, psicopatológico y psicosocial) y en la administración del plan terapéutico.

El plan se establece con el consentimiento y el acuerdo entre la persona y su familia o ambos y el médico psiquiatra tratante. Este plan terapéutico incluye medidas de protección de la persona (cuando el incremento episódico del riesgo lo aconseja) y el empleo combinado de medicación, psicoterapia y medidas psicosociales.

Las nuevas medicaciones empleadas son de tanta efectividad como sus antecesoras pero han reducido los efectos adversos e incrementado su seguridad; las aproximaciones psicoterapéuticas que se emplean en nuestro medio, y que incluyen diversos procedimientos, han sido probadas en su efectividad; los procedimientos psicosociales incluyen el esclarecimiento, la educación y la activa participación de la persona y su entorno.

Estos planes terapéuticos integrados resultan de alta efectividad, próxima al 70% u 80%. Existe, por otra parte, un grupo de pacientes donde la respuesta es insatisfactoria; en estos casos y, en general, en la depresión grave denominada «melancólica y/o psicótica», cuando existe repercusión física severa o cuando la mortificación psicológica es intolerable, el electrochoque es reconocido universalmente como el procedimiento de elección, con alta efectividad, gran seguridad por las condiciones técnicas en que se realiza actualmente y con mínimos efectos adversos.

Algunas medidas preventivas merecen ser difundidas: evitar el fácil acceso a instrumentos mortíferos; evitar el consumo de alcohol u otros productos adictivos cuando se hace con la finalidad de calmar la ansiedad, el insomnio, el sentimiento de vacío o la pesadumbre; aproximarse a las personas socialmente aisladas o que han padecido pérdidas significativas.

Realizar la consulta especializada cuando nos percibimos en dificultades teñidas de desesperanza o estimular a nuestros allegados a que la realicen en esas circunstancias sigue constituyendo el procedimiento preventivo más importante.