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Estudio de JND confirma descenso de consumo de alcohol y tabaco en jóvenes escolarizados

Una encuesta realizada por la Junta Nacional de Drogas entre más de 11 mil jóvenes escolarizados, confirma un claro descenso del consumo de alcohol y tabaco en los adolescentes de entre 13 y 17 años. La investigación también alertó sobre el consumo de bebidas estimulantes, llamadas energizantes, y la incidencia que tiene el involucramiento de los padres para evitar el comienzo del consumo en edades tempranas.

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La Sexta Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Media, realizada por el Observatorio Uruguayo de Drogas (OUD) dependiente de la Junta Nacional de Drogas, abarcó a un universo de 11.248 jóvenes escolarizados de entre 13 y 17 años de ciudades de más de 10 mil habitantes.


El estudio, presentado este martes por el secretario general de la JND, Julio Calzada, y los técnicos del OUD, Héctor Suárez y Jessica Ramírez, y tiene como objetivo conocer la situación y las tendencias del consumo de drogas en esta población a fin de obtener información científica para apoyar el diseño de políticas públicas en la materia.


De acuerdo al mencionado estudio, casi dos de cada tres estudiantes consumió alguna droga en los últimos doce meses pero se constata un claro descenso del consumo habitual de tabaco y de alcohol. El consumo de drogas en jóvenes es, por su orden, de alcohol, bebidas energizantes, marihuana, tabaco y tranquilizantes. No obstante, los técnicos advirtieron que, excepto por el alcohol, la mayoría de los consumos son experimentales u ocasionales.


El 35,3% de los estudiantes consumió en el último año solo alcohol mientras que el 24,3%  lo consumió con otra sustancia. Al mismo tiempo, el 17,7% de los estudiantes que consumió alcohol en los últimos treinta días tomó en la misma ocasión también bebidas energizantes y un 14,6% consumió alguna vez en su vida cocaína lo que representa una estabilización del consumo con respecto al 2011.


Mientras el consumo habitual del tabaco pasó de 30% a 9% en el periodo 2003-2014, el de alcohol registra en 2014 una tendencia también a la baja aunque más leve, lo que se explica por una menor incorporación al consumo en edades tempranas. Esa tendencia se había iniciado en el 2011 cuando el consumo habitual se ubicaba en un 48,2%  y pasó al 38,7% en 2014.


Aumentar la percepción de riesgo


Durante la presentación, tanto los técnicos del Observatorio Uruguayo de Drogas como Julio Calzada destacaron el hecho de que el consumo de tabaco en Uruguay se encuentre en un dígito y el descenso en el consumo de alcohol  particularmente en las niñas y adolescentes de entre 13 y 14 años, lo que tiene impacto a su vez en el consumo de las drogas después de los 15 años.


“Esto nos da elementos para el desarrollo de nuevas iniciativas y políticas”, sostuvo Calzada al tiempo que reconoció que la marihuana sigue con la misma tendencia ascendente desde el año 2003 lo que – a su juicio- demuestra que no se disparó el consumo de marihuana a partir del inicio de aplicación de la ley que regula su mercado.


“Tenemos la expectativa que, en el marco de la  regulación que se está comenzando a implementar este año, a futuro esta tendencia ascendente se transforme en una meseta y comience a descendente”, subrayó el jerarca haciendo alusión al consumo de cannabis.


En ese sentido, como un nuevo elemento a medir, Calzada advirtió sobre el consumo de bebidas energizantes que a su entender deberían llamarse estimulantes, que se ubican en un segundo lugar de consumo entre los jóvenes. “Esto es un hecho que deberá ser motivo de análisis en la futura administración para tender a desarrollar políticas al respecto”, sostuvo.


“Estos estimulantes, que tienen alta concentración de cafeína, se pueden usar solos, pero fundamentalmente están asociados al uso de alcohol por lo tanto tienen un impacto mucho mayor y genera una sensación de lucidez en los usuarios de alcohol que los puede llevar a tomar actitudes contraproducentes para su salud”, alertó.


Tanto Calzada como Ramírez destacaron que la investigación constató la incidencia del mayor involucramiento de los padres en relación a sus hijos en el menor consumo de drogas de estos y particularmente en el abuso de alcohol.


El menor conocimiento y control de los padres de las actividades de los hijos así como el menor tiempo compartido, implica también un mayor consumo de alcohol y tabaco en jóvenes.


De todos modos, resaltaron su preocupación por la baja percepción de riesgo que existe en la sociedad uruguaya sobre esta droga que está altamente legitimada.


Calzada subrayó también la importancia de regular los mercados a la luz de los últimos resultados que arrojaron las encuestas a partir de 2005, cuando se reguló el mercado del tabaco y por ello, manifestó su expectativa acerca de la aprobación del proyecto de ley de regulación del mercado de alcohol a estudio en el Parlamento.

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